El Diario Secreto de Itziar

Hola, mi nombre secreto es Itziar. Tengo 10 años. Soy de Vigo, pero vivo en Madrid. Me gusta estar con mis amigas, aunque a veces se ponen un poco chulas. Me gusta mucho aprender lo que me enseñan los profesores en el colegio. No me gustan los chicos: ¡porque son unos pesados!. Si quieres conocerme un poco más, puedes visitar este diario.

martes, marzo 28, 2006

El gato que no sabía jugar




Persia es un gato muy delgado, con el pelo de color beige. Es muy aburrido, desde hace poco tiempo se olvidó de jugar. Un día salió de casa, y se encontró con la ardilla Dilla. Ésta le dijo:

-¡Hola, soy la ardilla Dilla! ¿Quieres jugar conmigo?

Y dijo Persia:

-¿Qué es eso? ¿Cómo se hace? ¿Cómo me puedes enseñar?
-¿No sabes qué es jugar? ¡Vete, vete! ¡No quiero verte más!

Persia se fue más lejos, no estaba triste ni nada. Luego se encontró con el oso Soso y éste le dijo:

-¿Jugamos con el balón?

Persia había oído la palabra “jugar”, y le dijo lo mismo que a la ardilla:

-¿Qué es eso? ¿Cómo se hace? ¿Cómo me puedes enseñar?
-¡Aaaah! ¡No sabe jugar con el balón! ¡Vete, vete!

Ahora Persia sí que estaba triste. ¡Nadie le quería enseñar a jugar, ni enseñarle a botar el balón! De pronto, empezó a llover.

Como todos sabéis, a los gatos no les gusta el agua.

Persia, corriendo de un lado a otro, se encontró con un ovillo de lana. Persia aún era un cachorro, así que se puso, ¡se puso a jugar! ¡No se lo pudieron creer el oso Soso y la ardilla Dilla! ¡Persia estaba jugando! Pero algo ocurrió. Persia no sabía donde estaba su casa. Se refugió en una cueva, y del cansancio se durmió. Por la mañana se encontró con la lince Titania y ésta le dijo:

-¡Hola, soy la lince Titania! ¿Y tú, cómo te llamas?
-Soy Persia, y no sé donde está mi casa.
-¿Cómo es tu casa?
-Tiene tejado rojo, está pintada de azul y si te fijas bien, encontrarás las cortinas rosas, blancas y amarillas.
-¡Ah, ya me acuerdo, tu dueña me deja siempre comida en el bosque! ¡Sí! yo sé donde está. ¡Sígueme!

De esta forma, Persia consiguió llegar a casa sano y salvo, y cuando es de noche siempre sale a jugar con Titania.

Y todo acabó muy, muy bien.